miércoles, 18 de julio de 2012

La perrera


Hoy he estado hablando con Maite. La conozco desde hace bastante tiempo, pero nunca antes habíamos tenido una conversación así tan íntima, por decirlo de alguna manera. Hablando de temas generales, como suele ocurrir en ese lugar que visito varias veces al año y donde la suelo encontrar, nos hemos ido desviando hacia un tema muchísimo más interesante y por eso me apetece escribirlo, porque Maite es una de esas personas que hacen que este mundo sea un poco mejor.

A la perrera municipal llegan cada día unos cincuenta perros. Algunos de ellos han sido abandonados y recogidos en la calle, otros son directamente llevados allí por sus dueños para que alguien se deshaga de ellos a sus espaldas, como si no supieran los dueños el final que les espera en la perrera. Para quien no lo sepa, yo lo he aprendido hoy, la diferencia entre la Protectora de Animales y la Perrera es que en esta segunda los perros que no son reclamados por sus dueños en quince días son sacrificados, los que son llevados allí por los dueños no tienen ni siquiera quince días… ya se sabe que nadie los va a reclamar.

Todo el que me conoce sabe el poco cariño que profeso a los animales, muy especialmente a los perros. Pero eso no quita que no sea sensible ante estas situaciones que me parecen, cuanto menos, vergonzosas. ¿Quién abandona un cachorro que compró por 1000€? Pues una persona irresponsable que lo mismo se compra un perro que se compra un bolso y se deshace de él tan pronto se cansa. ¿Nos olvidamos que los perros son seres vivos? Pues parece que hay mucha gente que no tiene en cuenta eso, que no lo sabe…

Existe una asociación que se encarga de buscar dueños en adopción a esos perros que tienen los quince días de gracia, pero claro, muchos de ellos son cachorros que enferman nada más llegar a la perrera, o han sufrido malos tratos y necesitan que se les curen las heridas, o están muy débiles y hace falta que alguien les dé de comer adecuadamente durante unos días. Pues bien, hay gente que se compromete con esta asociación a acoger temporalmente perros en ese estado mientras transcurre el proceso de adopción, que por lo que se ve no es llegar a un escaparate y coger al perro que más te guste, sino que requiere una serie de trámites que se alargan en el tiempo.

Maite es una de estas personas. Le encantan los perros, pero sabe que no tiene tiempo para hacerse cargo de un perro permanentemente. Su amor a los animales la lleva a hacer este tipo de acciones, acoger temporalmente en su casa perros que necesitan ciertos cuidados mientras se les busca familia adoptiva. Desconocía que había gente que se presentaba voluntaria al acogimiento de perros, y ha sido una sorpresa muy grata para mí conocer a alguien que esté tan comprometida con este tema.

Quizás si los mismos trámites que se necesitan para adoptar un perro se les exigieran a las personas que los compran, incluyendo examen psicológico y aptitudinal para hacerse cargo de otro ser vivo, habría muchos menos perros abandonados en las calles o en las perreras. Quizás esto mismo se podría aplicar a los que quieren ser padres, y como queda fea la comparación en este post, quizás otro día le dedico  un rato al “carnet de padre” o “madre”, no se vaya a ofender nadie.


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