El otro día estuvimos viendo en la casa de Nong Khai la película Diamantes de Sangre de Leonardo DiCaprio, muy buena y muy dura, pero por muy dura que sea estoy completamente segura de que la realidad en muchos países de África e incluso fuera de África es más dura aún.
Una de mis compañeras se pasó la mitad de la película tapándose los ojos porque decía que esas imágenes de sangre, muertos, degollados, etc. la hacía sufrir. Esta chica en cuestión, que está haciendo voluntariado internacional, no sabe qué es Unicef ni qué es la ONU. Yo, ante sus comentarios, no salgo de mi asombro...No pude más que decirle: "si no quiere,s no mires, pero que sepas que eso está pasando ahora mismo en más de un país en el mundo". Cerrar los ojos ante la dura realidad no ayudará mucho a que dejen de pasar cosas de este tipo.
Casualidad ha sido que hoy, que puedo disfrutar de al menos 2 horas de la soledad de la casa de Nong Khai, he leído este artículo de Arturo Pérez-Reverte que no puede ser más oportuno.
Una de mis compañeras se pasó la mitad de la película tapándose los ojos porque decía que esas imágenes de sangre, muertos, degollados, etc. la hacía sufrir. Esta chica en cuestión, que está haciendo voluntariado internacional, no sabe qué es Unicef ni qué es la ONU. Yo, ante sus comentarios, no salgo de mi asombro...No pude más que decirle: "si no quiere,s no mires, pero que sepas que eso está pasando ahora mismo en más de un país en el mundo". Cerrar los ojos ante la dura realidad no ayudará mucho a que dejen de pasar cosas de este tipo.
Casualidad ha sido que hoy, que puedo disfrutar de al menos 2 horas de la soledad de la casa de Nong Khai, he leído este artículo de Arturo Pérez-Reverte que no puede ser más oportuno.
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